Un traductor ha de ser organizado


Hoy es uno de esos días en los que no tienes nada que hacer y te acuerdas de que tienes un blog, así que aquí estoy. Tenía pensado escribir una entrada sobre qué hacer los días (semanas o meses si estás empezando) en los que no tienes ningún encargo ni nada remunerado que hacer. Sin embargo, creo que voy a hablar de otra cosa: un traductor debe ser organizado. Para explicaros el porqué, os cuento cómo ha sido mi última semana:

Miércoles: llega uno de esos e-mails, acepto el encargo y Trados se niega a abrir los archivos porque dice que le hace falta no sé qué (ahora sí lo sé y no volverá a faltarle nunca).

problemas software de traduccion
Jueves: me tiro todo el día (y parte del anterior) intentando solucionar el problema. La gestora de proyectos de traducción me comenta que intentará hablarlo con los informáticos de la empresa de traducción de Barcelona para ver si es que falta algún archivo o hay algún problema. A última hora de la tarde, después de haberme leído todos los tutoriales del mundo y de haber probado todo lo habido y por haber, consigo solucionar el problema (y me atrevería a decir que casi por casualidad). Llamo a la agencia de traducciones y la gestora me dice que entregue la traducción el lunes. Un rato después me llaman y me ofrecen hacer una revisión para entregarla al día siguiente. Estoy más liada que la pata de un romano, pero acepto (hace un mes que no entra trabajo y aquí no se dice que no a nada). El traductor no había puesto mal ni una coma, así que acabo en un momento y me dan ganas de llamarlo para darle las gracias.

Viernes: me paso la mañana en la universidad porque se me había olvidado que tenía que acudir a un acto (si no llega a ser por mi relación amor-odio con Trados, no sé cómo lo hubiera hecho: no hay mal que por bien no venga). Traduzco y reviso una y otra vez el texto como si no hubiera mañana (pero no hasta la mañana siguiente, sino hasta el lunes).

Sábado: sigo traduciendo y revisando, pero me acuerdo de que el martes tengo un examen. Ya a las 9 de la noche decido ponerme a estudiar.

Domingo: estudio, leo la traducción, estudio, la vuelvo a leer…

Lunes: entrego la traducción a primera hora y me voy corriendo a entregar unos papeles a hacienda (como buen contribuyente español, sí señor). Me acuerdo de que tengo que entregar una práctica (y hacerla primero, claro).

Martes: estudio un rato más, hago el examen y, antes de caer en brazos de Morfeo, decido que a partir de ahora tengo que organizarme mejor.

¿Y cómo? Pues yo, de momento, voy a comenzar a seguir estos sencillos pasos:

un traductor ha de ser organizado
Disponibilidad: conviene tener un calendario bien hermoso al lado del ordenador para tener claro si podemos aceptar un encargo de traducción o corrección o no. De esta forma, sabiendo qué es lo que tenemos que hacer en los próximos dos o tres días, nos resultará más fácil calcular si podemos realizar una traducción de calidad y, además, tener tiempo para comer y dormir (de vida social ni hablamos, ya tendremos tiempo la semana siguiente cuando no haya trabajo).

      - Estudios: somos muchos los que hemos decidido hacer un máster (mucho se ha hablado de este tema los últimos días). Si se combinan los estudios con la traducción, es muy importante llevar el tema académico al día. Realizar las prácticas y trabajos a tiempo nos garantiza que si nos sale un encargo dos días antes de un plazo de entrega de algo de la universidad, no nos supondrá un problema. Con los exámenes pasa lo mismo: mejor ir estudiando la materia poco a poco que pegarse el atracón el día de antes (y, mucho menos, si el día de antes tienes que entregar una traducción). Además, se supone que has elegido ese máster porque te interesa la materia y quieres especializarte, así que nada mejor que dedicarle un poco de tiempo todos los días para asimilar bien los conceptos y aprender más.

Fiscalidad: trabajar por cuenta propia tiene una serie de ventajas y desventajas que todos conocemos (o sufrimos). Una de las cosas que menos les suele gustar a los traductores es tener que encargarse de los temas fiscales (sobre todo a los que, como yo, son de letras puras). Conviene tener todo al día y no dejar nada para última hora. Si hay un mes para entregar la declaración del IVA y lo dejas para el último día, es probable que te surja algún problema y acabes entregándola fuera de plazo. Además, a la hora de facturar conviene ser organizado y puntual: en mi caso, si en lugar de enviar una factura el día 31 de enero lo hago el día 1 de febrero, significa que cobraré 30 días más tarde (y añadirle 30 días a los tropecientos que tengo que esperar hasta que me paguen…).

      - Herramientas TAO: aquí hay dos cosas que me gustaría comentar. En primer lugar, hay que asegurarse de que las herramientas con las que trabajamos funcionan correctamente, están actualizadas, etc. Que llegue un encargo y te tires horas para empezar a traducir porque hay un problema con el software de traducción, no tiene ninguna gracia (doy fe). En segundo lugar, a veces también te ofrecen hacer una traducción con una herramienta que no tienes ni dominas. En ese caso entra en juego el factor formación. Conviene conocer y probar nuevas herramientas, sobre todo las gratuitas que están a disposición de todo el mundo.  Asistir a cursos de formación también es una inversión de tiempo (y normalmente dinero) que nos puede salir muy rentable a corto plazo.


Ha sido una entrada un poco estresante (¡sobre todo para mí!), así que lo dejo por hoy. ¡Muy pronto más!

Traducción y signos de interrogación y exclamación.



Terminado una serie de entregas de varios encargos de traducción y pasado un día para cargar las pilas de nuevo, vuelvo al blog con un tema algo controvertido.
¿Nunca os habéis preguntado el porqué de esta tecla?
traducción interrogacion exclamacion
Sí, sí, esta tecla existe en tu teclado
Para mí es la tecla del Alzheimer: siempre me olvido de que existe. El español y el asturiano son los únicos idiomas que usan en la actualidad tanto el signo de interrogación como el de exclamación inversos para abrir preguntas y exclamaciones respectivamente. En otros idiomas son opcionales y en los demás ni existen. Pero, hoy día, ¿quién se acuerda de usarlos?

Las guías de estilo y normas ortotipográficas hacen obligatorio su uso, de acuerdo con la norma académica, pero fuera de estos estrictos ámbitos, los signos de apertura no los usa nadie .¿Por qué? Pues a mí se me ocurren ciertos argumentos.

- El primero sería por simple economía del lenguaje: es más rápido no escribir ese signo. Ni hablar quiero de las redes sociales como Twitter o Pinterest, donde las personas nos “olvidamos” de introducir estos signos.

- El segundo sería por la fuerte presencia de la publicidad en la actualidad, que a veces se olvida de su uso. Esto puede ser al primer punto o a un intento de acercarse a la manera de escribir del sector más joven (que sigue el primer punto). He visto infinidad de campañas publicitarias traducidas del inglés al español (por ejemplo) y con el propósito de parecer más cool o fashion no se introducen estos signos.

signos apertura traducion

- El tercero sería el problema que puede haber muchas veces cuando escribimos desde un teclado extranjero o usando una codificación que no acepte este signo. Esto es, en pocas palabras, una molestia (aunque a día de hoy sea casi imposible que se produzca).

Me acuerdo de un día que discutí con una compañera porque sostenía que ese signo en español era inútil. Bueno, desde distintos puntos de vista, podría considerarse así, pero desde otros no.
Para conocer un poco más el porqué de estos signos en nuestroidioma vamos a hacer un viaje al pasado.

- Edad Antigua, Imperio Romano, Europa.
En latín usaban una palabra al final de las oraciones si querían indicar que esta era una pregunta. Esta palabra era quaestio. Siglos después, siendo demasiado larga tanto en su pronunciación como escritura, se acortó a qo y mucho tiempo después se procedió a escribir solamente la letra q, suscribiendo la o. De esta forma se obtiene el casi universal signo ?. Lo mismo ocurrió con la expresión de sorpresa Io, que pasó a convertirse en !.

La introducción de los signos de apertura viene del siglo XVIII cuando la Ortografía de la Real Academia, harta de aquel bastión galicista que le estaba quitando protagonismo, se puso rebelde y decidió que a partir de entonces, y para diferenciarnos de la lengua francesa, debíamos usar el signo invertido para abrir las exclamaciones y preguntas.

traductores signos

Aquella prescripción ha llegado hasta nuestros días. Y hoy por hoy nos encontramos en una época en la que vemos como la RAE es mucho más flexible con los cambios que se realizan porque, al fin y al cabo, los que usamos la lengua somos todos nosotros.

Personalmente pienso que ese signo acabará desapareciendo de una forma o de otra (de no ser porque el signo de apertura muchas veces desambigua la entonación que hay que dar a una oración). Sin embargo, hay personas que piensan que su desaparición sería algo parecido a la pérdida de la ñ: una pérdida de la identidad del español como lengua.

¿Qué opináis de todo esto? ¿Acabaremos volviendo sobre nuestros pasos o permaneceremos rebeldes a los demás y firmes a las reglas de nuestro idioma? ¿Cómo afecta todo esto a la traducción? ¿Sería un cambio sin importancia o supondría graves problemas y enfrentamientos entre lingüistas?